Mientras ciudades como Nueva York, Boston y San Francisco lideran con arriendos que superan los US$3.000 mensuales por un departamento de un dormitorio 🏙️, Santiago aparece en una realidad completamente distinta: en el puesto 61 entre 69 ciudades analizadas, con un arriendo promedio de US$559 mensuales 🏡, según el último informe de Deutsche Bank.
Este estudio, que comparó precios de arriendo en diversas capitales y urbes relevantes, reveló que la Gran Manzana impone el ritmo con US$4.134 por mes 🍎, seguido de cerca por Boston (US$3.334) y San Francisco (US$3.297). El contraste con Santiago es, por decirlo suavemente, abismal.
💡 ¿Un precio bajo es sinónimo de oportunidad?
El arriendo promedio en Santiago representa solo un 13% del valor que se paga en Nueva York. En principio, esto podría sonar como una desventaja para inversionistas… pero no necesariamente. La accesibilidad relativa puede representar una ventaja estratégica en tiempos de inflación internacional, donde cada dólar debe rendir más 💸.
Los precios moderados abren la puerta a un público joven 👩🎓, a trabajadores remotos 🧑💻, y a un segmento emergente que busca calidad de vida sin caer en la trampa de los mercados sobreinflados. Además, frente a la tendencia global de regulación y control de precios —como ocurre hoy en Berlín o Barcelona—, Santiago aún presenta márgenes interesantes de crecimiento sin demasiadas barreras regulatorias 📈.
⚖️ La contracara: ¿por qué no estamos más arriba?
Según el informe, ciudades con altos precios tienden a compartir una característica común: escasez de oferta, empleos mejor remunerados, y fuerte demanda por vivir cerca de centros urbanos consolidados. Santiago, en cambio, refleja un fenómeno dual: si bien los sueldos son más bajos, también lo es la presión del mercado por la vivienda urbana.
Sergio Correa, gerente de Colliers, lo explica con claridad: “En lugares donde el ingreso promedio es bajo, el arriendo también tiende a ser más asequible porque las personas destinan un menor porcentaje del salario a la vivienda.”
A esto se suma un factor estructural: la informalidad de ciertos segmentos del mercado chileno, sumado a desarrollos habitacionales que aún no logran absorber plenamente las nuevas necesidades de un habitante urbano del siglo XXI 🏗️.
🔭 ¿Hacia dónde mirar?
La lectura para los corredores, desarrolladores e inversionistas es clara: hay espacio. Santiago no está en el radar de los precios más altos, pero sí puede ser un lugar atractivo para capitales que busquen retorno con bajo riesgo. La clave estará en cómo evolucionan los salarios, la migración interna, y la planificación urbana en los próximos cinco años 📊.
✍️ Comentario de Daniel Garcia Home
Desde mi experiencia como corredor de propiedades, veo en este ranking una oportunidad más que una debilidad. Que Santiago esté en los últimos lugares no es sinónimo de estancamiento, sino de potencial. En una ciudad donde aún es posible encontrar departamentos bien ubicados por menos de $500.000 mensuales, el llamado es a mirar con visión estratégica: lo que hoy parece barato, mañana puede ser un activo muy valioso. 🌱
Además, el mercado está empezando a moverse con más dinamismo post pandemia, y eso se nota en la demanda creciente por arriendos en comunas con buena conectividad, servicios y calidad de vida. Hay oportunidades que no durarán para siempre, y quienes se adelanten hoy, cosecharán mañana. 🧭