En los últimos días, una carta publicada en El Mercurio por Francisco Silva Domínguez volvió a encender un debate que por años se ha mantenido latente en el sector inmobiliario chileno: la falta de regulación, transparencia y profesionalización en el corretaje de propiedades.

Silva apuntó a una realidad evidente para quienes trabajamos en este rubro: múltiples publicaciones para una misma propiedad, datos poco claros o inconsistentes, tiempos en el mercado ocultos y precios que varían sin justificación. Todo esto ocurre en un sistema donde cada portal inmobiliario actúa por separado, sin coordinación ni control, generando una sensación de opacidad que perjudica tanto al comprador como al vendedor.

En contraste, en países desarrollados —como Estados Unidos, Canadá o Alemania— la situación es distinta. Existe un “marketplace único” o sistema MLS (Multiple Listing Service), donde las propiedades se publican solo una vez, con datos estandarizados, información clara sobre tiempo en el mercado y evolución del precio. Una vez que la propiedad se vende, desaparece del sistema. ¿Resultado? Transparencia real.

Un problema de origen: desregulación y falta de exigencias

La carta de respuesta publicada en el mismo medio profundiza aún más en la raíz del problema. En Chile, cualquier persona puede declararse “corredor de propiedades” de un día para otro. No hay exigencias de formación, ni licencias obligatorias, ni fiscalización efectiva. Se estima que hay más de 20 mil corredores en el país, con niveles de profesionalismo y ética muy dispares.

En cambio, en países con mercados inmobiliarios maduros, se exige formación formal, exámenes, registros y capacitaciones periódicas. Las malas prácticas no solo se sancionan, sino que incluso pueden implicar la pérdida de la licencia.

¿Cómo se soluciona?

Como señala la carta, un MLS funcional necesita tres pilares: exclusividad, datos estandarizados y agentes responsables. Sin eso, cualquier intento de transparencia será solo un buen deseo. Pero más allá del sistema tecnológico o legal, hay un concepto clave: ética.

Y aquí queremos aportar desde nuestra experiencia en el terreno:

La ética no se tramita. Se trae de casa“, dice el autor de la carta. Y no podríamos estar más de acuerdo. En Daniel Garcia Home, no solo firmamos órdenes de venta, sino que informamos de forma clara y anticipada los tiempos estimados, las variaciones de precio y mantenemos una sola publicación activa por propiedad, con datos verificados. Esta no es una excepción: debería ser el estándar.

Comentario de Daniel Garcia Home

“Chile necesita avanzar con decisión hacia un sistema profesionalizado, con reglas claras y exigencias mínimas. No para limitar el acceso al corretaje, sino para dignificarlo. Porque cuando todos jugamos con las mismas reglas, ganan los propietarios, ganan los compradores… y ganamos como industria.”

Aspiramos a un mercado de bienes raíces donde ser corredor signifique representar intereses con claridad, honestidad y competencia. Donde el cliente pueda confiar, sin letras chicas ni rodeos. Y donde la experiencia no sea una ruleta rusa, sino un proceso claro y acompañado.

El momento para profesionalizar el corretaje no es mañana. Es ahora.

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