El proyecto de ley que busca congelar el alza de las contribuciones ha encendido una nueva chispa en el debate legislativo chileno. Impulsada por sectores de la oposición y con un oficialismo dividido, la iniciativa pretende frenar el aumento de este impuesto territorial que, en los últimos años, ha generado malestar en miles de propietarios, especialmente de sectores medios que han visto crecer sus pagos sin una mejora proporcional en servicios.
La propuesta establece detener por dos años el alza de las contribuciones producto del proceso de reavalúo fiscal de bienes raíces no agrícolas. Esto, en un contexto en que el nuevo avalúo, que comenzó a regir en 2024, ha elevado los cobros de manera significativa, afectando a hogares que tradicionalmente no se consideraban de alto patrimonio.
Desde el gremio inmobiliario observamos con atención. Las contribuciones son un factor que incide directamente en el interés de compra, sobre todo en propiedades usadas o con alta plusvalía. Un congelamiento, aunque temporal, podría dar oxígeno a compradores y propietarios en momentos donde los créditos hipotecarios también enfrentan condiciones complejas.
Mientras tanto, el debate político se tensiona: algunos parlamentarios del oficialismo defienden la necesidad de mantener ingresos fiscales estables para municipios, mientras otros apoyan la moción, advirtiendo que es momento de revisar con criterio social este tributo, que está afectando de forma desproporcionada a adultos mayores y familias emergentes.
Como corredores de propiedades, recomendamos a los propietarios revisar sus nuevas tasaciones fiscales y planificar con su asesor las implicancias de este eventual congelamiento. La medida, de aprobarse, no es un perdonazo, sino una pausa para replantear el sistema y hacerlo más justo.
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